Transáfrica 2008 Nigeria

Nigeria

Con solo noventa euros en el bolsillo nos disponemos a cruzar la frontera Nigeriana, la experiencia vivida me dice que cuanto menos dinero lleves en el bolsillo menos te van a robar, eso si, uno se debe armar de paciencia, porque si no tienes dinero has de tener tiempo, hasta que se cansen.

Llevamos el visado estampado en el pasaporte desde España. En la frontera todo son problemas e impedimentos, parece que esta gente no tiene ningún interés en recibir turistas, es más, creo que te lo hacen pasar mal para que cuando vuelvas a tu país lo expliques y se le pasen a uno las ganas de viajar por Nigeria.

En la frontera estamos mas de tres horas para que nos pongan un sello de entrada en el pasaporte, hemos visitado varias mesas con sus funcionarios y, como no, si no hay “Money” no mueven un dedo. Como había leído en algún que otro foro creo que sin visado no entras.

Luego nos viene un tipo, el de aduanas, que quiere inspeccionar la furgo, venga para dentro, que si que medicinas llevamos, comida, ropa... todo es motivo para que debamos hacer una lista de lo que entramos en el país. Conseguimos convencer al tío con diez euros de que todo es para nuestro uso personal. Ahora el siguiente, sanidad, sanidad?? Si queremos entrar en Nigeria debemos fumigar la furgo para no entrar seres extraños al país, el tío nos pide doscientos dólares por la operación, están locos o que coño está pasando aquí!!!. Todo esto me recuerda la primera vez que pasé la frontera marroquí, una vez en Marruecos me dio la impresión que me habían soplado el dinero por todos lados. Diez euros más y una hora después, solucionado. Ahora solo queda el Laissez-Passer, preguntamos donde debemos formalizar la entrada de la Xurreria y nos señalan una mesa, nos dirigimos a ella, en su mesa deberemos pagar doscientos dólares pero luego nos señala cuatro mesas más que deberemos superar para conseguir el Laissez-Passer, y una mierda!!! No nos queda un duro ni tenemos manera de conseguirlo así que decidimos pasar la última barrera sin Laissez-Passer, nunca lo hubiera hecho, acabábamos de entrar en Nigeria y ya tenemos ganas de salir.

Esa mañana nos habíamos levantado pronto para tener tiempo de cruzar la frontera Benin-Nigeria y poder llegar a Ibadán de día. A las 15:30 nos habrían la última barrera que nos permitía circular rumbo Este por Nigeria. La intención es estar dos noches y luego salir del país por Camerún.

La carretera de entrada a Nigeria se dirige directamente a Lagos, queríamos evitar esta gran urbe pero ha sido imposible, hemos tenido que pasar por los suburbios y pillamos la primera caravana. Se ha montado un pollo en la calle y el tráfico está parado. Aquí nos damos cuenta como las gasta la policía nigeriana, acaban de pillar a un mangante, quiero creer, y le estaban pegando una soberana paliza. La gente nos mira extrañada ¿que coño hacen tres blancos en una caja de zapatos circulando por aquí? Es bastante diferente de todos los países que habíamos visitado con anterioridad, por toda el África Occidental que conozco la gente se puede sorprender de verte pero siempre con una sonrisa en la boca, aquí no. Nigeria marca la barrera entre el África Occidental y la Central, será por eso?

En pleno suburbio de Lagos nos para la policía, hasta llegar a Lagos ya habíamos encontrado unos diez controles pero hasta el momento aun no sabíamos de que pie calzaban, primera revisión de la I.T.V: luces, intermitentes, limpias...resulta que los cinturones de seguridad que llevamos en la furgo no son legales. Venga tres polis dentro de la furgo y para comisaría, todo esto en plena caravana, se baja un tipo de un coche de al lado y empieza a increpar a los tres policías, no os dais cuenta que son turistas??? Por que los tratáis así??? Como ha sido durante todo el viaje lo único que quieren es dinero, dinero y más dinero, y en este caso, un desplazamiento de punta a punta de Lagos por la cara. Los policías nos decían que nos llevaban a comisaría pero lo único que hacían era llevarnos hacia la salida de Lagos dirección Norte, que es supongo donde a ellos les venia bien bajarse, eso si, no lo han hecho hasta que no les hemos dado veinte euros, estos si son los últimos euros que me había resistido a soltar en la frontera. Nos quedan dos horas de sol para hacer cien kilómetros hasta Ibadán, nos habían comentado que esta ciudad era más tranquila y segura. Pero otra pedazo de caravana nos tiene atrapados hasta las diez de la noche, hora que llegamos a Ibadán, vaya día.

Cuando llego cansado y de noche a una ciudad africana que no conozco, lo primero que hago es pillar un taxi-moto y que me lleve donde le diga, esta vez a un buen hotel donde podamos pagar con Visa o con trávels checs. El motorista nos lleva a un hotel donde no se puede pagar ni con lo uno ni con lo otro, el siguiente lo mismo. En una de estas visitas conocemos a Frank y a Samuel, ellos se ofrecen a ayudarnos a encontrar de una vez hotel y les decimos que nos lleven al mejor hotel de Ibadan, allí seguro podremos pagar, llegamos pasadas las doce de la noche y sorpresa, tampoco aceptan tarjeta ni trávels. En ningún hotel y en ningún banco de Nigeria cambian trávels checs ¿y para que coño me obliga la embajada nigeriana en España a comprar mil dólares en trávels para obtener el visado? esto es una encerrona!!! Conseguimos convencer al conserje del Hotel Premier, que nos deje dormir y a la mañana siguiente pasaremos por el banco a pillar nairas. La habitación triple cuesta doce mil nairas (la naira nigeriana tiene un valor similar al de la peseta o lo que es igual 160 nairas = 1 euro y el billete más grande que tienen es de mil nairas y no tienen moneda de metal, impresionante).Hemos salvado el primer día en Nigeria, mañana intentaremos cruzar al menos medio país.

La mañana se complica, es sábado y los bancos no abren hasta las diez. De ocho a diez nos dedicamos a intentar cambiar los trávels en el mercado negro pero ni ellos los quieren. A las diez y después de visitar varios bancos, encontramos un cajero del BMA que escupe nairas con la tarjeta Visa. Toda la movida hace que a la una aún estemos en Ibadán y repasando el mapa de Nigeria con Frank y Samuel nos damos cuenta de que hoy no podremos llegar mas allá de Benin City, ya nos han avisado varias veces que esta ciudad es una de la más peligrosas de Nigeria, solo tenemos que ver las caras de los que a partir de ahora serán nuestros “coyotes”, cuando les decimos que haremos noche en Benin City. Se han ofrecido a acompañarnos, con ellos será más fácil sortear los controles policiales.

Después de comernos un chawarma nos ponemos en ruta. Para circular por Nigeria uno se tiene que armar de valor, cada diez o quince kilómetros hay un control de policía, de inmigración, militares...todos armados hasta los dientes y con un único objetivo “give me the money” la excusa es igual, ya lo puedes tener todo en regla y en perfecto estado de revisión, siempre se saldrán con alguna para retenerte el vehículo y pedirte un dinerito. La imagen puede ser de risa, mientras me piden el extintor, el triangulo, que todas la luces de la furgo funcionen, por al lado pasa un coche sin luces, descalabrado y con veinte personas montadas en el, es surrealista.

Ya de noche llegamos a Benin City, tenemos suerte, encontramos un hotel en la misma calle principal, Hotel Presidential, sencillo y seguro, conseguimos un par de habitaciones por cuatro mil quinientas nairas cada una, una para nosotros, otra para los coyotes. El restaurante del hotel está cerrado y el tipo de la recepción nos comenta que si no espabilamos a las nueve cierran todos los comercios. En esta ciudad a partir de las nueve de la noche mejor que no te pille en la calle, hay mucho vandalismo y la policía va a tiros contra los cacos. Salimos a menos diez a probar suerte en un fast-food que está a cien metros del hotel, llegamos que ya están cerrando, si queremos algo deberemos esperar a que nos lo saque el guardián por la reja. Tocan las nueve en punto de la noche y las camareras del fast-food salen disparadas del local, a cada una le espera un coche fuera, nadie se atreve a andar solo a estas horas. Cuando nos dan el pollo con arroz para cinco no esperamos ni el cambio, pasan cinco minutos del toque de queda. Cenamos en la habitación y luego me he quedado despierto un rato a ver si veo la movida, parece que esta noche es tranquila. Dentro del hotel dormiremos seguros, hay tres puertas de hierro cerradas cada una con su candado antes de llegar a la puerta de nuestra habitación.

Hemos quedado con los coyotes que saldremos pronto, y así es, montados en la Xurreria, motor encendido y cuando aparece el primer rayo de sol nos ponemos en marcha, antes no, que aún puede escaparse algún tiro. Hoy, si todo va bien llegaremos a Calabar (6 wp), última ciudad antes de la frontera con Camerún, por delante nos quedan unos trescientos kilómetros y no menos de treinta controles, para hacer una media en cada control hemos venido pagando de quinientas a dos mil nairas y eso que les decíamos que solo llevábamos trávels, pero si queremos movernos y avanzar, deberemos pagar, si no en el primer control nos podemos pasar media mañana.

A las diez de la mañana atravesamos el río Níger en la ciudad de Onitsha, llevo unos años viendo el Níger cada verano y ahora me despido de el, no se cuando se volverán a cruzar nuestros caminos. Si la policía de carretera es chunga, los municipales son los peores, acabamos de entrar en Onitsha y ya nos han parado por enésima vez esta mañana, lo de siempre, extintor, triangulo...solo llevamos un triangulo, ya tienen la excusa para retenernos y soplarnos quinientas nairas más. Hacemos media vuelta para coger la dirección correcta para salir de esta ciudad, en medio de la calle un chaval joven sin uniforme, borracho y con una AK-47 nos da el alto, a grito pelado “I’m a policeman, I’m a policeman” me hace bajar de la furgo y darle las llaves, venga otro que quiere pasta. Nos hace bajar las mochilas y las empieza a registrar, no encuentra nada a que aferrarse y me pide el carnet de conducir, ahora me ha pillado, según el individuo para conducir por Nigeria me hace falta un carnet nigeriano, está montando tal pollo en la calle que nos hace meter la furgo en un solar detrás de una verja, entro la furgo y la paro, no, no la furgo la aparcas detrás de aquella caseta del fondo. ¿Porque son tan agresivos? si la pasta me la sacarían igual, pero con modales coño, con modales. Tres mil nairas y media hora de hacérnoslo pasar mal son suficientes para poder continuar. Debemos salir de esta ciudad lo antes posible, encontramos otra caravana, un tío que intenta ordenar un poco el tráfico y ya me la veo venir otra vez, hace tirar a un camión por mi derecha un autocar por la izquierda y ya esta, se la ha montado de puta madre para acorralarnos, se acerca a la ventana y mete medio cuerpo al grito “give the money, give me the money”, Frank que iba de copiloto nos dice que saquemos algo de dinero y mientras hacemos la operación aprovechamos para cerrar ventanas y seguros y escaparnos de la trampa. No volveré a abrir la ventana hasta que no estemos fuera de esta ciudad.

Volvemos a coger carretera, pero ahora hemos de cambiar la ruta, haremos más kilómetros para evitar pasar por una gran ciudad hasta que lleguemos a nuestro destino. A media tarde llegamos a Calabar (6 wp) y empezamos a buscar hotel, el primero caro, diez mil nairas la habitación y tenemos que pillar dos, nada. Finalmente encontramos un hotel que parece estar en ruinas, hecho una mierda y que a nuestra llegada se encienden las luces. Cuando hemos llegado han aprovechado para arrancar el generador. Nigeria es uno de los países más ricos de la zona en cuanto a recursos energéticos, petróleo, gas, carbón... pero donde cada dos o tres horas cortan la luz y puede pasar un buen rato hasta que vuelva. Ya estamos en el Hotel Paradise (7 wp) a tres mil quinientas nairas la habitación, sin restaurante y con cuatro bebidas calientes en una nevera situada en la barra de la entrada. El hotel está abandonado, sin apenas mantenimiento, un hotel de tres plantas que parece haber pasado una guerra civil, en su tiempo fue el mejor hotel de la ciudad, con su sala de fiestas y donde se reunía la élite de River Cross, ahora el hotel venido a menos actúa como hostal donde vive gente hasta el próximo diciembre que lo derribarán para volver a hacer de este el mejor hotel de la región. Las habitaciones están bastante bien, amplias, con dos espacios y semi limpias, no tiene hilo musical pero no hace falta, justo al lado del hotel hay una iglesia evangelista donde cada y durante todo el día cantan y bailan.

Hemos conseguido nuestro objetivo, que era cruzar Nigeria en tres días. Creo que sin la ayuda de nuestros coyotes no hubiéramos resistido la presión, esta noche nos vamos a cenar a lo grande, fast-food, arroz con pollo y para el que no le guste, pollo con arroz.

Frank telf +234 803801182 hubbesky@yahoo.com

Sam Akirtude telf +234 08073428775 samabby@yahoo.com

para quien le pueda hacer falta, aunque nunca sonrían son buena gente:

La mañana del lunes dieciocho nos disponemos a dejar este país. En el mapa no está claro donde debemos ir a buscar la frontera con Camerún y decidimos preguntar. Las cosas no están claras, unos dicen que por Ekang tenemos seis horas de carretera y pista en mal estado, otros por Ajasso en la ruta de Ikom, que aunque son más kilómetros solo tardaremos cuatro. Hoy ya es tarde para intentar cualquiera de las dos y nos vamos a uno de los dos puertos que tiene Calabar. Es en el pequeño (8 wp) donde se pueden pillar los ferrys que te llevan a Douala (Camerún), a Malabo (Guinea Ecuatorial) o al Gabón. Por la tarde hemos ido a una escuela de informática, allí nos hemos hecho una foto de grupo con Frank y Sam. A media tarde, en la estación de autobuses, nos despedimos de nuestros coyotes, debemos darles suficiente dinero para los dos o tres días que deberán emplear en regresar a su ciudad, Ibadan, más algo de dinero para su bolsillo, claro. Nunca he pagado tan a gusto a un coyote por su trabajo. Pero ¿¿¿porque no os quedabais unos días más????

Martes y viernes salen los ferrys hacia Douala, mañana tenemos la primera oportunidad para abandonar este país. En el puerto hay diferentes compañías, el primer precio que hemos oído es de ciento ochenta mil nairas por la furgo y los tres, imposible. Saliendo del puerto se nos presenta Henry, este nos dice que mañana llega un barco más grande y que nos podrá salir más barato, la mitad.

Empiezo a añorar los desayunos veraniegos de nescafé, pan con mantequilla y mermelada. En Calabar, como en el resto de Nigeria se ha impuesto la cultura del fast-food, o esto o irse al libanés o al chino y que te soplen dos o tres mil nairas por persona, por este dinero comemos los tres en Mc’alabar. Hoy a mediodía pillaremos el ferry, por treinta mil nairas cada uno nos disponemos a entrar por vía marítima al Camerún. A mediodía tenemos cita con Henry para mirar como cargamos la furgo y solucionar el papeleo, el barco sale cuando acaban de cargarlo, hacia las dos o tres de la mañana. Despedida en el Paradis, chawarmas ”to take away” y hacia el puerto. Hoy no llega el barco grande, el agua está baja. En la oficina hablamos con Henry y Ato, su jefe. Si no llega el barco grande no puede bajar de ciento cincuenta mil perras de esas. Mañana saldremos por tierra, sea como sea y si no el viernes puede que llegue el maldito barco y si no...

Tercera mañana que cargamos las mochilas en la furgo y nos despedimos de la gente del Paradise. La gente del hotel son una gran familia, aquí viven y por las tardes comparten un rato y aprovechan para tomar una cerveza en la carpa de la entrada, en una de estas conocemos a Ubong ( +234 8035107224), el hermano del manager y se ofrece a acompañarnos hasta la frontera, el se conoce bien la región y también sabe como tratar a los cuerpos del estado. Con el hemos tardado solo cuatro horas en recorrer unos dos cientos kilómetros hasta Ikom y solo nos ha costado mil nairas, ahora solo paramos en los controles que dice el nuevo coyote, uno de cada cuatro, y cuando paramos se lo monta muy bien para salir indemnes. Debemos llevar casi cien controles a cual más chungo y aun no se han dado cuenta de que no llevamos Laissez-Passer. Antes de mediodía estamos en el último chek-point antes de la frontera de Camerún, en Ajasso (9 wp), los militares que custodian este puesto nos dicen que hay doscientos kilómetros de pistas imposibles de hacer con la Xurreria una vez en Camerún. No quiero creerme nunca las predicciones que hace la gente sobre el estado de las pistas o si es posible o no pasar, menos si me están hablando del país del al lado, prefiero comprobarlo yo mismo, no conocen la Xurreria, es una máquina!!! y noble, como dice Lico. Esta vez no nos la podemos jugar, si salimos del país no podremos volver a atrás, el de inmigración nos advierte de que si salimos no podemos volver a entrar y si está tan mal como parece tendremos que abandonar la Xurre en medio de las pistas y continuar a pie, por este paso frontera apenas hay tránsito hasta que no acaba la temporada de lluvias, primera.

Solo nos queda salir por mar y sea como sea el viernes dejaremos el infierno. Cuando entras por la frontera de Nigeria te ponen un sello que te limita la estancia en el país por unos días y este se debe ir renovando. Esta mañana toca visita a la oficina de inmigración de Calabar (10 wp) donde nos ponen el sello hasta mañana. Luego vamos al Consulado de Camerún (11 wp) donde con dos fotos y quince mil nairas te hacen el visado al momento, cien euracos por un visado, aquí el que no espabila no vive. Por la tarde ya sabemos que mañana no llegará el barco grande, si queremos salvar la Xurre tendremos que pagar lo que nos digan. Ato, el transitario, ya sabe que por tierra no se puede salir y que no tenemos otra opción, con el y con Henry acordamos ciento cuarenta mil para subir al barco.

A llegado el día, a mediodía estamos en el puerto para pagar y cargar la furgo, nos vemos con Henry y le soltamos ciento cuarenta billetes y las llaves de la furgo para que cuando llegue el momento la puedan cargar. Hasta las diez no podemos hacer nada, comida de despedida con Ubong, siesta y despedida de ya nuestra familia del Paradise, Emmanuel, Rebeca, Patrick, el manager, su mujer, el de la habitación de al lado... A las siete ya estamos en el puerto, estamos cansados de estar aquí y cuanto antes subamos al barco mejor. Henry no está en el puerto y la Xurreria sigue tal y como la hemos dejado al mediodía, esto huele mal. Vamos a las oficinas para hablar con Ato, el no sabe nada de Henry, pero lo peor, tampoco sabe nada de la pasta que le hemos pagado este mediodía al tipo. Henry ha desaparecido con toda la pasta y las llaves de la furgo, mierda, mierda, mierda, nos han estafado.

Medio puerto ya se ha enterado de la movida y aparece la policía, hasta el momento el enemigo, a partir de ahora no se. Nadie sabe donde se ha metido el tal Henry pero la policía encuentra un hilo de donde tirar, el teléfono que tenemos de contacto resulta que no es de Henry, es el de este muchacho que están trayendo a collejas hasta nosotros. Todos a comisaría en el coche de Ubong, esta noche el acollejado dormirá entre rejas y nosotros de nuevo al Paradise.

Después de una semana en Calabar ya nos movemos con soltura, en un fast-food Chino almorzamos dignamente pastas y zumos. Para comer hemos encontrado un restaurante africano donde cocinan buena comida. Hoy toca ir a comisaría para ver como anda la investigación. Por aquí desfila media transitaria, un transistor a tope parece no molestar los interrogatorios. A uno le han intervenido más de cien mil nairas y el móvil, cuando justo en ese momento le empieza a sonar el seka-seka, solo puedo reírme, la escena es de película. Allí llegan altos cargos de la policía para interesarse sobre el caso del año, pero hasta que no llegue Ato, que se ha ido a Camerún, no podrán dar por finalizada la investigación. A llegado el momento de llamar a la embajada española en Nigeria y ponerles al corriente de lo que está pasando, los tres teléfonos que llevamos para contactar con ellos no sirven, llamo a España y consigo tres más. Parece que el sábado por la tarde no trabajan, y mañana? en Nigeria los problemas mejor tenerlos en horario de oficina. Se acabó!!! vamos de nuevo a inmigración para que nos pongan el sello que caducó ayer y para el aeropuerto, segunda. Lo sentimos mucho, pero hasta que no se acabe la investigación no os podemos dejar salir del país. Ahora si estamos atrapados por el Calamar.

El domingo veinticuatro es día de elecciones en el estado de River Cross, la circulación está restringida y por la calle no hay ni Dios. Parece una ciudad fantasma, esta situación nos permite desplazarnos mucho mejor por la ciudad, pero no me gusta, aunque no se como es diría que es lo más parecido a un toque de queda, prefiero el caos, las caravanas y el monóxido de carbono. Hoy toca sacar la Xurre del puerto y llevarla a comisaría, hasta allí nos desplazamos con la policía y un par de mecánicos, tenemos que forzar una ventana y hacerle el puente, pero no arranca. La Xurre no ha hecho nada y no tiene porque ir a declarar, en peores sitios a dormido.

Ubong, nuestro fiel coyote, es evangelista y sabe como tratar con la policía. No se cansa una y otra vez de explicar la misma historia a uno y a otro, han pasado por Marruecos, han cruzado el Sáhara, Mali, Togo, Benin, han estado en Lagos, en Benin City y cuando llegan a Calabar... esto parece tocar la fibra de los calabareños y en cuestión de horas la policía decide poner solución al asunto. Mañana cuando llegue Ato lo llevarán a comisaría y como toda la operación se hizo en su oficina el es el responsable. Y nosotros que? no os preocupéis, obligaremos a Ato a llevaros a Camerún junto con la Xurreria. Están locos? se piensan que vamos a subir a un barco donde hemos enviado a la mitad a comisaría?

Ha llegado el día, ahora o nunca. A media tarde repetimos la operación y nos vamos al puerto. La Xurreria sigue sin arrancar, está como nosotros, agotada y parece haber dicho basta, de aquí no se mueve. Ya de noche y cargados con las mochilas hacemos acto de presencia en el puerto, allí está la policía para controlar toda la operación y asegurarse de que de una vez por todas dejamos este país. Esta noche tenemos la oportunidad de irnos, con o sin furgoneta, tercera. Es la tercera vez que nos planteamos abandonar la Xurre y esta vez no dudaremos. El Thanasis está lleno y listo para partir. En este momento arranca la furgo, demasiado tarde, ahora ya no se puede cargar. El run run del mercedes-benz me suena a despedida, no podemos esperar más. Nigeria debía de ser una pequeña etapa de nuestro viaje y hoy hace doce días que estamos atrapados en este país. A las dos de la madrugada sale el barco rumbo Douala...