Camerún
Dionisios, el segundo de a bordo, es griego como el capitán. Lleva años surcando los mares de todo el mundo, a final de mes, cuando acabe su contrato en el Thanasis, se comprará un pequeño barco y se irá a buscar diamantes a las costas de Sierra Leone. La travesía entre Calabar y Douala dura unas quince horas. El billete cuesta cinco mil nairas por pasajero sin derecho a butaca, nos tocará pasar la noche y todo el día de mañana en cubierta. Antes de amanecer, a lo lejos, en el horizonte se ve una gran luz, no consigo imaginarme que puede ser. Decenas de plataformas petrolíferas flanquean la costa nigeriana y sus quemadores iluminan la noche más oscura. El Thanasis tiene que ir rectificando el rumbo para sortearlas. La ruta de este barco es realmente espectacular, con rumbo a Douala pasa entre el continente y la isla de Fernando Poo, hoy Guinea Ecuatorial, dejando los cuatro mil cien metros del monte Camerún a la izquierda y los más de tres mil del pico Malabo a la derecha. A medio día un grupo de ballenas nos deleitan con sus saltos a pocos metros del buque. A las cinco de la tarde el Thanasis entra en el muelle Youpwe del puerto de Douala (12 wp). Antes de bajar del barco el capitán se compromete a traernos
Salir del puerto de Douala con el visado ya estampado en el pasaporte es relativamente fácil y en diez minutos ya estamos montados en un taxi en busca de hotel, esta noche dormiremos en el Hotel Mata Palace por diez mil francos(13) la habitación.
Nos quedan seis días antes de coger el vuelo que nos llevará de vuelta a Barcelona, hemos consumido la mitad de las vacaciones en Nigeria y ahora estamos ya en Camerún sin Xurreria y sin dinero. Hemos de relajarnos un poco y decidimos irnos a Limbe para pasar unos días en la playa. En la gare de autobuses cogemos un minibús que nos llevará hasta Limbe, allí nos alojamos en el Hotel Atlantic Beach (14 wp) una vieja mansión colonial transformada en su día en hotel de lujo, hoy un poco decrépito. El hotel está situado justo delante del mar y con unas preciosas vistas de
El sábado treinta debemos volver al puerto de Douala, a las cinco de la tarde llega el barco de Calabar y con un poco de suerte igual llega
Daniel y David, inglés y nuevazelandés llevan tres meses en bicicleta por el África, desde Marruecos hasta Douala con la intención de llegar hasta Cape Town, nos comentan que antes han estado con las bicis por Iran, Irak y Afganistán, pero que nunca lo han pasado tan mal como en Nigeria, no me extraña.
Daniel Martin (wwwkoreatocapetown.co.uk)
David Barnaby (google: west coast África cycling)
Douala es la ciudad más grande y poblada del Camerún, es la capital económica gracias a su puerto que da salida a la mayoría de la producción agroalimentaria, principal fuente de ingresos del país. En Douala intentamos dormir en Auberge Foyer du Marin (15 wp) pero esta lleno. Una de las opciones más económicas será
Último día del mes de Agosto, hoy
Por la aduana del puerto de Douala casi no hay tránsito de vehículos extrangeros y conseguir un pasavant para la xurre no será tarea fácil. Después de intentarlo con varios funcionarios solo me queda visitar al inspector principal de aduanas, vamos el jefe. Si algo he aprendido de Ubong, nuestro coyote en Calabar, es como tratar y dirigirse a los mandos policiales. La primera hora con Msr Negou (telf.99973795) la he dedicado a explicarle todas las aventuras vividas con la xurre por el África, lo mal que lo hemos pasado en Nigeria y nuestra intención de visitar Camerún para seguir por Gabón hasta que lleguemos a South Africa. Pero lo mejor es cuando veo encima de su mesa una tarjeta de Panalpina (una de las transitarias más grandes del mundo). Tengo que aprovechar esta oportunidad, mi hermano tiene un alto cargo en Panalpina España y le digo al jefe de aduanas que hemos tenido mucha suerte en conocernos, si algun día tiene cualquier problema siempre podrá llamar a mi hermano. La jugada ha salido perfecta, ya era hora, media hora después su secretaria me entrega un documento que nos permite circular durante un mes por Camerún y sin aflojar un duro. A las dos del mediodía salimos del puerto, con pasavant y seguro.
Pasamos por
Misión cumplida,
Gracias al buen temperamento y sus experiencias vividas con anterioridad, Lico y Pere han sido fundamentales para conseguir cruzar y salir de un país, como mínimo complicado, sin ellos y su buen hacer más de uno hubiera abandonado a la primera de cambio.
Gràcies a tots dos per haver fet més fácil aquesta travessa que es preveia complicada i amb vosaltres ha estat una autèntica aventura que mai oblidaré.
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